Del dicho al hecho...

La información técnica allá por los 80's usualmente la obteníamos de las revistas especializadas, algunas de ellas llegaban con cierta regularidad que mas parecía irregularidad, muchas de estas aparecían como colecciones, entonces llegaba el numero 1 y 2 con la primera entrega, el numero 3, el numero 4... y de pronto o no seguía el número 5 o aparecía el número 9 y luego el 17, haciendo de todo un completo desastre.

Esto me paso con un proyecto en 3 partes de la serie de "Electrónica y Bricolage", si mal no recuerdo era una especie de órgano electrónico con 3 instrumentos; saltándome los primeros 6 números, apareció la primera parte, luego la tercera, al preguntarle al señor del kiosko de periódicos, que había pasado me respondió que esa editorial ya había cesado la edición en España hace mas de 2 años y que la distribuidora (una empresa colombiana) había adquirido un lote de revistas que quedaron sin venderse en la madre patria, por eso la irregularidad de los números. Años después, ya con la carrera de Ingeniería electrónica muy avanzada revise este proyecto - notando que faltaba la parte esencial: El oscilador generador de tonos.


Luego de verificar lo dicho por el señor del kiosko (quien era una especie de metabuscador en aquellas épocas) decidí bajarme de la nube y realizar un proyecto mas simple, o al menos uno que este completo en dicha revista, habían fuentes de alimentación de onda completa, strobes para discoteca, circuitos con el 555 y un metrónomo; me decidí por este ultimo ya que tenia serias intenciones de aprender a tocar piano y dicho aparato me ayudaría a marcar los compases.

Era un circuito oscilador muy simple, con unas resistencias de precisión se marcaban las constantes RC para cada compás y se esperaba en el parlante un sonido similar al que hace una llamada entrante en los parlantes del computador.

Luego de decidirme por este proyecto, me hice de unos ahorros (evitando comprar mis chocolates juguete de motta al salir del cole) y me enrumbe al centro de adquisición de tecnologías: El Jirón Paruro, en el cercado de Lima.

Ver Jiron Paruro en un mapa más grande


Era el mes de febrero de 1986, no dejaba de sorprenderme al ver tanta tecnología expuesta en carretillas ambulantes, como si de emoliente se tratara, se vendían chips amplificadores, chips de puertas lógicas, leds, un radar (si, un radar obtenido de un barco de la marina dado de baja que estuvo en "exhibición" hasta 1994), etc. El primer paso fue aprender a comprar, es decir saber que decir:

- Deme un R1, un R2, un C1, un C2...
- ¿Qué? - dijo el vendedor mirándome como quien dice "primerizo".
- Necesito esto - Mencione acercando la hoja de la revista.
- Ah ok, bueno, debes saber que las "R" y las "C" tienen unidades, a ver, 470K, 5% ; 220,...


Luego, al revisar la lista, me mira y me dice:
- Este PLL no hay.
- ¿Quien podrá tenerlo?
- Nadie, es que acá solo encuentras repuestos, si deseas un chip en especial tienes que importarlo, allá, el gordito de gorrita te lo puede traer en 2 meses.
- 2 MESES!


Fue entonces cuando caí en cuenta que el mercado de dispositivos electrónicos en el Peru era netamente repuestero, se tenia que adecuar uno a lo que existiera, por que la otra alternativa era inviable, ya que lo "especial" demoraba en llegar 2 meses y con un precio exorbitante. Para mis adentros pensé "y ahora, cuando diseñe algo al hacer la carrera, que poco podre hacer!".

Casi derrotado y con una bolsita con unas cuantas Rs, Cs y un par de leds, regrese a mi casa, a tratar de ilusionarme un poco con lo que podría pasar en el futuro, logre encender los leds y los pude conectar a la salida del parlante de la radio national que tenia destartalada, algo parpadeaba, parecia seguir a la musica que se oia.

-"no puedo soportar estar así todos los días/ Es siempre la misma rutina ya no aguanto mas"


Experimento que fue interrumpido por los acostumbrados apagones ocasionados por "sendero luminoso".

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